Cuando pensamos en la Navidad, una de las imágenes más icónicas es…
LA GINGIVOESTOMATITIS CRÓNICA FELINA
MI GATO TIENE LA BOCA SUCIA… ¿O HAY ALGO MÁS?
Se trata de una enfermedad que afecta a la boca de los gatos generalmente en etapa joven y que puede llegar a causar mucho dolor en los casos más avanzados. Los gatos son especies que no muestran el dolor, disimulan muchos de los síntomas de las enfermedades en general, por lo que debemos prestarles especial atención y saber interpretar su comportamiento.
Cuando un gato tiene dolor en la boca es frecuente que se acicale menos, se muestre más irritable, pase más tiempo descansando, evite el contacto con nosotros, coma menos, pierda peso o lateralice la cabeza al masticar. Sin embargo hay otros muchos casos en los que el cuidador no se ha dado cuenta del problema, especialmente en estadios iniciales de la enfermedad.
Los gatos con gingivoestomatitis tienen inflamación más o menos severa de las encías y la mucosa de la cavidad oral, además suele haber halitosis. Se trata de una enfermedad inmunomediada, esto quiere decir que el propio sistema inmune del gato reacciona de forma exagerada a la placa bacteriana de la boca causando inflamación. Algunos casos además están complicados con infecciones por virus como la leucemia, inmunodeficiencia o calicivirus; estos patógenos complican el cuadro pero no son la causa por sí solos.
Cuando detectamos la enfermedad de forma temprana podemos controlarla manteniendo una buena higiene de la boca con limpiezas dentales frecuentes que reduzcan la placa bacteriana.
Cuando la enfermedad se encuentra más avanzada el tratamiento es la extracción de las piezas dentales más afectadas. Una vez han sido extraídos molares, premolares e incisivos en la mayoría de los casos se resuelve la enfermedad, se cura.
Estos gatos recuperan su vitalidad, vuelven a comer y acicalarse con normalidad y la inflamación remite. A pesar de la falta parcial o total de piezas dentales el gato se alimenta con total normalidad tanto alimento seco como húmedo, mejor aún que antes de la extracción.
Existe un pequeño porcentaje de casos en los que no se produce la curación completa tras la extracción, son casos que necesitan otras terapias complementarias como el tratamiento con inmunomoduladores, células madre, terapia láser…
En aquellos casos en los que además haya una infección vírica, con frecuencia calicivirus, daremos un tratamiento específico para el virus.
Si tienes dudas de si tu gato puede padecer esta enfermedad, no dudes en acudir al veterinario, pues con una sencilla exploración de la cavidad oral podrá determinar si el gato padece o no la enfermedad y en qué grado, ajustando el tratamiento a cada caso. Con ayuda de una radiografía se podrá valorar el estado de las raíces de las piezas dentales, no valorables a simple vista.
Recuerda que aunque la enfermedad solo afecte a la boca, merma notablemente la calidad de vida del gato.
Por: Iris Domínguez Rodríguez
Veterinária Especialista en Animales Exóticos
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